Joe Abercrombie, considerado la joven promesa de la literatura fantástica, se dirige al público juvenil con la primera novela de una nueva trilogía ambientada en un mundo épico de tintes nórdicos y vikingos. Todas sus señas de identidad –humor negro, dosis de violencia, escenas trepidantes y diálogos ingeniosos– puestas al servicio de personajes en proceso de maduración. Novela de fantasía y aprendizaje, Medio rey responde a esa idea de que “la buena fantasía es un espejo del mundo”.
Por MARTA GARCÍA ÁLVAREZ
Medio rey, primera parte de la trilogía El Mar Quebrado, supone el desembarco de Joe Abercrombie (Lancaster, 1974) en el género de la literatura juvenil. El escritor británico, considerado la joven promesa de la literatura fantástica y que debutó en 2006 con la trilogía La primera ley, atrapará sin duda al lector adolescente con esta novela de aventuras y ambientada en un mundo épico de aire nórdico y vikingo.
Sin embargo, esta incursión en el género juvenil no ha supuesto un menoscabo de su estilo ni una renuncia a sus señas de identidad ni a los ingredientes que han hecho funcionar sus novelas para adultos. Así, en ella vamos a encontrar cinismo, humor negro, acción, violencia, personajes de ambigua moralidad, diálogos ingeniosos y sobre todo la prosa fresca y depurada que caracteriza a Abercrombie.
Según palabras del propio autor, el reto de esta obra radica en los personajes: personajes jóvenes, sin formar, muy diferentes a los protagonistas experimentados y cansados del mundo en los que se había centrado en su creación adulta. Asimismo, el escritor afirma haber apostado por una obra más corta, concentrada y con más fuerza.
“Con este libro –declara el autor–he querido llegar a un público joven y al mismo tiempo atrapar a lectores más adultos que reniegan de las historias demasiado largas”. Asimismo, Abercrombie asegura que “escribir para un público más joven me parecía una gran oportunidad para ser más conciso. Siempre he admirado la brevedad y a veces me pongo un poco impaciente con la longitud cada vez más ingente de algunas series”.
El protagonista de la novela es Yarvi, el hijo menor del rey Uthrik, un joven que adolece de una malformación en su mano. Incapaz de empuñar las armas y de ser formado como guerrero, es despreciado por todos, incluido su padre y su hermano mayor. Debido a esta deformación Yarvi se ha dedicado a estudiar para convertirse en uno de los clérigos del reino y su único sueño es llegar a dominar todos los aspectos del conocimiento. Sin embargo todo cambia cuando, inesperadamente, su padre y su hermano son asesinados y Yarvi, como único heredero, es coronado rey de Gettlandia. Pese a su incapacidad guerrera jurará venganza, aunque sus planes de resarcimiento tomarán otro rumbo debido a una traición a manos de sus seres queridos. Esta conjura llevará al tullido príncipe a verse envuelto en una historia turbulenta que le obligará a madurar a marchas forzadas, y que estará llena de traiciones, venganza, codicia, batallas, muerte, esclavitud, actitudes morales ambiguas y amistades inusuales.
La obra derrocha diálogos ingeniosos, acertadas reflexiones filosóficas, vertiginosas escenas de acción y giros de guión inesperados
Toda esta trama convierte a Medio rey en una novela de aprendizaje, una historia de paso a la edad adulta, de lucha y de superación frente a las adversidades. Una lucha que será sobre todo la de la sabiduría, el ingenio y la inteligencia contra el músculo y las armas.
Con un estilo ágil y directo, aunque mucho más sencillo y contenido que en otras novelas del autor, la obra derrocha diálogos ingeniosos, acertadas reflexiones filosóficas, vertiginosas escenas de acción y giros de guión inesperados.
No exenta de esas dosis de crueldad y violencia tan características del autor, debidas fundamentalmente a ese mundo medieval de aire nórdico y vikingo en el que se enmarca la acción, estas se mitigan gracias al humor ácido e inteligente, uno de los pilares tanto de la narración como de los personajes.
En cuanto a los personajes, destacan los secundarios, muy bien construidos, siempre moviéndose en la ambigüedad moral y capaces de inspirar odio y ternura a partes iguales. Y es que en la novela “no hay villanos, solo personas haciendo lo mejor que pueden”.
Otro de los puntos fuertes son las escenas de acción, en las que Abercrombie vuelve a dar muestra de su talento narrativo y su maestría a la hora de describir batallas repletas de dinamismo, realismo, brutalidad y sangre. Y es que por ello es considerado uno de los principales adalides del ‘grimdark’, un término formado a partir de las palabras inglesas ‘grim’ (lúgubre, crudo, siniestro) y ‘dark’ (oscuridad), y que es utilizado para referirse a un tipo de fantasía épica sucia, oscura y explícita. Y hablando de fantasía, en esta novela el lector no encontrará muchos elementos mágicos o fantásticos. Salvo por el mundo ficticio en el que se ambienta la acción y las menciones a una antigua raza de elfos extinta, esta primera entrega es fundamentalmente una historia de aventuras en una atmósfera épica medieval.
Con un final coherente y autoconclusivo, ya que apenas encontramos pistas sobre cómo se desarrollará la siguiente entrega de la trilogía, Medio rey constituye el trampolín perfecto hacia las obras adultas del autor y resulta idónea para iniciarse en el mundo épico-fantástico de Abercrombie.
Y es que la fantasía sigue siendo una de las mejores formas de acceder a la lectura. Ya lo dice el autor, “la buena fantasía es un espejo del mundo y nos permite investigar temas reales”.