El humor es una constante en la vida infantil o así debería ser, y los libros que lo acogen son éxito seguro. Pero el humor negro ya tiene una vuelta de tuerca más, porque busca reírse de lo que normalmente causaría piedad, ternura o compasión. Con lo difícil que es eso para no pasarse de la raya. Pero el caso es que ayuda a los lectores a desdramatizar cosas como la muerte y todo lo que está relacionado con ella. Así, esta semana hemos invitado a chico Ostra, chico Momia, chica Vudú y Lady Alfiletero a convivir entre estas páginas con conejos, chisteras mágicas y demás seres de otros mundos, y parece que lo hacen en perfecta armonía, para deleite de lectores de todas las edades.
Un recordatorio. Mañana viernes, a las 18.00 h, tendremos en la librería a Iria G. Parente y Selene M. Pascual, autoras de Jaulas de seda, para charlar con la también escritora Victoria Álvarez.
Prímula Prim tiene un problema. Como todos los años, el primer día de primavera decide no tomar ni un dulce más y eso la hace muy infeliz. Es la mejor pastelera de Oldón de Arriba y en vez de disfrutar cocinando bollitos de canela o pastelitos de hojaldre se pasa el día y la noche entre profundos suspiros. Pero este año será diferente, su marido tiene una gran sorpresa preparada. Esta dulce historia pertenece al álbum Prímula Prim, de Catalina González Vilar y Anna Castagnoli (Cuatro azules), un cuento con sabor clásico, de texto bien narrado y evocador, con animales humanizados, ilustraciones delicadas en tonos suaves y mucha magia, los ingredientes necesarios para que el relato sea una delicia para los pequeños lectores.
Quizá no sabéis que por la noche, cuando dormimos, los juguetes salen a divertirse. Para ellos empieza el momento de disfrutar y hacer trastadas. Y esto es lo que narra Liniers, casi sin palabras, en Buenas noches, Planeta (Impedimenta). Con su fino sentido del humor y su pericia para la acuarela cuenta la historia de una pequeña niña que después de pasar el día jugando, leyendo y saltando sobre las hojas, termina agotada y se dispone a dormir. Es entonces cuando su peluche, Planeta, salta de la cama y empieza la aventura. Pero el resultado es mucho más que eso. La secuencia de las imágenes, las elipsis, los puntos de vista, sacan el mayor partido a una vivencia cotidiana y a unos personajes tiernos y entrañables, redondeando un precioso cómic muy adecuado para los pequeños lectores que se inician en este género.
La cuchara menguante. Sam Kean (Anaya). Los que hemos visto romperse un termómetro de mercurio sabemos la atracción que suponía ver las bolitas metálicas que salían de su interior, intentar pescarlas y ver cómo se pegaban unas a otras. Con su propia anécdota sobre este tema, el autor comienza una historia del mundo a través de la tabla periódica de los elementos, un enfoque distinto para destacar la importancia de este logro científico que también despertaba codicia, traición y obsesión. Un repaso a diferentes personajes y disciplinas ameno y bien documentado, lleno de anécdotas, entre el libro informativo y la novela, que proporciona una forma de entender la tabla periódica que no está en los manuales. Adaptado por Adrian Dingle y Kelsey Kennedy, y traducido por Jaime Valero.
El truco más asombroso del mundo, de Beatriz Martín Vidal (Thule), es un álbum ilustrado sobre magia, fantasía e imaginación, o eso pensamos al empezar. Una niña se ofrece a realizar un truco de magia ante el lector y de su chistera saca un conejo. ¡Que mona!, hasta aquí nada nuevo. Pero si se le pregunta cómo lo ha hecho, el lector deberá estar dispuesto a abrir su mente y aceptar la asombrosa explicación. La fantasía rompe el muro que la realidad impone y descoloca al lector, que, aún seguro de sus certezas, se deja llevar por la pericia narrativa de la autora. Beatriz Martín Vidal juega con el elemento narrativo, que se consigue con una sucesión de imágenes bien escogidas, al óleo en esta ocasión, entre las que ella integra un texto breve con cambios en la tipografía, utilizando al lector como personaje en este cara a cara entre el mundo adulto y el infantil.
Hoy recuperamos
La nueva edición de Anagrama para celebrar los veinte años de la publicación de La melancólica muerte de Chico Ostra, escrito y dibujado por Tim Burton. Compuesto por microrrelatos y poemas, los protagonistas de las historias son niños excluidos, extraños y diferentes, una galería de la mejor muestra del universo del autor. Una mezcla de humor negro, ternura, crueldad y melancolía, pero sobre todo de mucha imaginación. La cuidada edición, bilingüe, presenta algunos de los personajes que aparecerán después en los cortos de dibujos animados dirigidos y escritos por Tim Burton. Una obra con ecos de otros autores, que puede atraer y repeler a partes iguales pero que no se puede dejar de leer. Traducción de Francisco Segovia.
Y esto es todo por hoy. Hasta la próxima semana.
La ilustración de cabecera es obra de Tim Burton.