
El zafarrancho aquel de via Merulana
Carlo Emilio Gadda
23,00€
Hemos estado tentados de redactar este párrafo bajo los parámetros lingüísticos del habla charra –eso que hablamos paquí– porque este libro nos ha abducido, literal(literaria)mente. Si algo tiene esta novela –publicada a finales de los cincuenta, ambientada a finales de los veinte, en pleno fascismo– es su capacidad para crearte campos de lenguaje alrededor, marañas de párrafos musicales que se te clavan como zarzas. Párrafos sacados del arrabal de los dialectos romanos, circunloquios barrocos llenos de cultismos, referencias culturales recónditas, vituperios al Mandibulón de Mussolini y, al fondo de todo, como una música lejana, una investigación tipo novela negra sobre un par de crímenes –uno menos, otro mayor, quizá relacionados– en un caserón de la vía que da nombre al libro.
“Sostenía, entre otras cosas, que las catástrofes inopinadas nunca son la consecuencia o el efecto, según quiera decirse, de una sola razón, de una causa en singular: sino que son como un vórtice, un punto de depresión ciclónica en la conciencia del mundo, en pos del cual ha conspirado toda una multiplicidad de móviles convergentes”, se sabe del policía Francesco Ingravallo –¿antepasado de Carvalho?–, un hombre que se mueve como quien hace una mala digestión y piensa más que los demás. El narrador se detiene con él y su investigación, pero enseguida se va por las ramas y se lanza a comentar la importancia del dedo pulgar del pie en la pintura italiana, a disertar sobre las mujeres de campo o a golfear por los arrabales romanos. O a hacer páginas enteras bajo el estilo “quien con infantes pernocta excrementado alborea”. Pero en serio y bien.
Dicen de algunos libros que convierten en lenguaje toda la mentalidad de una época. Del Ulises de Joyce se ha dicho. De este también. Es una bomba atómica de lenguaje, con nueva traducción de Carlos Gumpert –¡bravo!– que sucede a la de su primera edición por Juan Ramón Masoliver. ¡Está lígrimo!
Editorial: Sexto Piso | Traductor: Carlos Gumpert | Páginas: 332