Una invitación a la lectura en voz alta

Mercedes Brugarolas

Imagina un lugar sin ruidos, un espacio cómodo, toda la atención centrada en tu voz y el oyente concentrado, expectante… ¿Por qué dejamos de leer en voz alta? ¿Por qué no dejamos que nos lean? Es un auténtico placer compartido por poca gente, pues se cree que esta acción tan gratificante pertenece a otra época de la vida.

Piénsalo. ¿A quién no le gusta escuchar una historia? Así empezamos todos antes de aprender a leer, y si quien se dirige a nosotros es una voz querida, que transmite con las palabras y las emociones, se pueden crear vínculos afectivos duraderos entre lectores y oyentes. Por no hablar de cómo despierta la curiosidad y estimula el deseo de leer, ahora que, rodeados de tecnología, las pantallas absorben la atención de grandes y pequeños.

Y es que ver a un adulto leyendo es la mejor estrategia para fomentar la lectura. No hay grandes secretos ni libros mágicos que allanen el camino. Si escuchamos a alguien que nos lee con pasión, de verdad de la buena que eso marca y nos lleva a querer repetirlo. Pero, claro, hay que intentar hacerlo bien, leer pausadamente, con voz clara y utilizar diferentes tonos de voz. En definitiva, involucrarse, captar, seducir…

Pruébalo, son muchos los beneficios como para dejarlo pasar. Y para que te ayuden en la travesía, te dejamos títulos que no fallan a la hora de leer en voz alta; clásicos o novedades, por capítulos o del tirón ¡Buen viaje para todos!